Hugo tiene un hermano pequeño, que poco a poco se da cuenta de que el es especial, sufre con paciencia sus tirones de pelo, sus empujones y sus gritos. Y a pesar de ello lo adora y si castigo a Hugo por algo que ha hecho, me pide que no lo castigue.
Dos hijos, uno especial y otro pequeño luchando por la atención de su padre, y yo desdoblandome todo lo posible, pero que difícil darle todo a los dos.
Piden mucho, exigen mucho, pero dios como dan, y como llenan con cada una de sus miradas, de sus caricias de sus besos.
El futuro no lo conozco, el presente lo disfruto, y vivo cada día con ellos como si fuera el ultimo, Hugo con sus gestos y miradas y su hermano con el cariño que tiene a su hermano, que crece día a día.
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